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Santiago... en el "Camino de Santiago", se quedó atrapado en Carrión


Estar en Carrión de los Condes y visitar exclusivamente la excepcional iglesia románica, advocada al apóstol Santiago, de esta localidad palentina, no tiene perdón de Dios... bueno, sí, perdón de Dios... seguro que sí, pero excusas varias... ni una, pues el soberbio legado que la historia ha querido cincelar sobre las rudas piedras en este pueblo genuinamente castellano, frontera invisible y natural de una comarca tan singular como es la Tierra de Campos Palentina, es auténticamente impresionante. Pero las cosas son como son... y no como uno quiere que sean, y aunque paso prácticamente todos los días a escasos 200 metros de esta, en está ocasión, exclusivamente iba a una reunión de trabajo... y no con otra pretensión añadida. Pero al ver despuntar sobre sus cielos a su bella torre, de aparente estilo mudéjar, restaurada unos pocos siglos atrás a nuestros tiempos debido a la zozobra acontecida en el lugar, causada por las fuerzas de la naturaleza, que no viene al caso detallar, y presidiendo "discretamente" la Plaza Mayor de la ciudad, la sensación que obtuve... me dejó impresionado... y no me pude aguantar... menos mal que llevaba el "smartphone"... permíteme el anglicismo en la expresión, pues rima algo mejor

Pero hoy toca románico... y Carrión de eso sabe mucho. No en vano, presume de ostentar la portada románica más espectacular en unos lares plagados de piedras cinceladas y consagradas, ya para siempre, ligadas a su intensa historia. Tengo que reconocer que esta visita no la tenía prevista, ni tampoco iba preparado adecuadamente para observar y fotografiar con detenimiento -como la ocasión merecía- la gran belleza de cada una de las figuras esculpidas sobre las piedras vivas armoniosamente estructuradas de la iglesia. Es, en resumen, una fachada de ensueño... un icono magistral y majestuoso del románico palentino en pleno Camino de Santiago. Carrión es un lugar emblemático, portentoso en patrimonio. Descanso, parada y morada de miles de peregrinos que se enfrentan al "Camino del Santo", recorriendo sus calles y frotándose los ojos a cada paso para palpar la perpetua realidad impregnada en cada rincón de esta bella población.


Comencé este breve recorrido, adentrándome, en primer lugar, a través del arco de entrada, colindante a la fachada de poniente de la iglesia, que va a dar directamente a una calleja de aspecto medieval y que rodea la cara del mediodía de dicho templo. Sus paredes parecen querer susurrarte lo que te vas a encontrar un poco más atrás, hacia el poniente... cuando vuelvas de nuevo sobre tus pasos y seas consciente de la obra escultórica que has dejado pasar desapercibida por la calle que emboca a la Plaza Mayor. Es una auténtico lugar de poder, sitio de ensoñación de prodigiosas leyendas que, en esa mismo momento... al instante... pasan por tu cabeza y golpean con fuerza en lo más profundo de tus sentimientos. La transpolación a otros tiempos es inmediata y la sensación que el entorno de la iglesia cultiva en el visitante, germina con éxito al completar tan singular recorrido por las demás calles de esta ciudad. 


Aunque llama la atención no poder observar su cabecera y por consiguiente sus "ábsides", pues, dónde esperas encontrar estos... solo encuentras viviendas que colindan con el recinto eclesiástico, hay que decir, que esta sensación de orfandad artística queda absolutamente minimizada, sobre todo cuando vuelves sobre tus pasos y observas en su fachada principal el imponente friso que corona su puerta de entrada. Dicha portada, la que corteja su puerta principal, curiosamente orientada al poniente, luce tres bellas arquivoltas. En primer lugar, debemos de observar con el máximo detalle, pues así lo permite la situación, la que preside su centro, pues aloja en su "ahora" piel amarillenta del momento, según quiera bañarla con su luz el Astro Rey, una imponente obra de arte esculpida magistralmente sobre sus eternas piedras. La iglesia, según los expertos, data del siglo XII, en plena expansión del románico provincial. Su friso está presidido por un majestuoso Cristo en Majestad que está perfectamente escoltado por un singular tetramorfos, tallados, ambos conjuntos, con una belleza artística y sentimental sin igual. El apostolario que le acompaña no le va a la zaga, y todo su conjunto en general desvela y marca ya un camino de indudable trazado hacia un incipiente gótico y otros estilos artísticos, que llegaron al lugar en otros fechas, con la intención de quedarse por mucho... mucho tiempo, para escribir con sus lineas perfectas más letras de oro, sobre los muros históricos de otros lugares de la ciudad.


El apostolario está dividido en dos bloques de seis figuras respectivamente, uno a cada lado del majestuoso Cristo; a su vez, este, está tallado en un solo bloque de piedra y está conservado perfectamente, sino fuera porque le falta su mano derecha, con la que, "con ella o sin ella", sigue bendiciendo a los lugareños, peregrinos y visitantes de la localidad. Es una lástima observar como varias de las figuras de los apóstoles están descabezados, sus casi 900 años de edad... y posiblemente algún que otro "desaprensivo"... digo yo, esto no lo puedo asegurar, ha hecho que no se conservarán en su totalidad. Pero hay que decir que, aun así, la obra en su conjunto es de una belleza inusitada, aunque hay otros frisos en la provincia e incluso en esta misma ciudad "peregrinal", permiteme la licencia de decirlo, que no desmerecen nada de nada al detallado... y como muestra... el de Moarves de Ojeda, del cual ya daré buena cuenta en este mismo blog... y no tardando. El buen hacer de sus gentes, y seguramente en esto algo tendrá que ver también su Alcade, Javier, ha conseguido que el templo y su entorno sean un lugar perfecto para observar... disfrutar... y fotografiar.

En definitiva, cada rincón de este lugar, contiene una piedra tallada con absoluta maestría, que esconde un misterioso halo de magia atrapada en su propio secreto. El excepcional cantero que prestó sus manos para la excepcional "labración" del conjunto artístico escultural, dejó aquí impregnada su mejor impronta; a buen seguro, buscaba el reconocimiento social y la expansión de su obra más allá de estos tiempos. No se equivocó, lo que durante cientos de años fue disfrutado en el mismo lugar por miles y miles de peregrinos y también por sus generosos y hospitalarios lugareños, es ahora una de las imágenes más laureada en las redes sociales, es fácil de comprobar esto que digo y sino teclea en "san" Google: "friso de Carrión de los Condes"...  el resultado verás.

#Palencia, un gran museo al aire libre. Pero en Carrión hay más. Espera y verás.






Fotografías propias previamente retocadas
Mi blog de fotografía: 

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